viernes, 17 de diciembre de 2021.- Durante la presentación del informe “Una recuperación desigual: tomando el pulso a América Latina y el Caribe después de la pandemia”, señaló que también se requiere que se acompañe al capital privado con inversión pública, ya que resaltó la necesidad de crear infraestructura a través de asociaciones público-privadas.
“El driver de la mayoría, el motor de las economías de América Latina y el Caribe está esencialmente en el sector privado, por eso hablaba de reformas para estimular la inversión privada y la generación de empleo privado. Sin embargo, el segundo punto, sí es importante que haya una inversión pública complementaria”, comentó.
Carlos Felipe Jaramillo abundó que otra “agenda pendiente desde hace muchos años” en la región latinoamericana es la de desarrollar infraestructura, pues dijo que la inversión física de las naciones en la región “han sido bajas en comparación con algunas regiones con las cuales compite latinoamérica, por ejemplo, la región asiática”.
Luis Felipe López-Calva, director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para América Latina (PNUD), coincidió en que se deben de “crear condiciones para que el sector privado sea el motor del crecimiento” de la región.
Dijo que lo primero que se necesita en América Latina es definir objetivos conjuntos, a fin de impulsar entre los gobiernos y el capital privado crecimientos más incluyentes y sostenibles.
“Lo primero es que necesitamos definir el objetivo y el objetivo es crear condiciones para que el sector privado sea motor del crecimiento y de un crecimiento más incluyente y más sostenible”, aseguró en medio de la presentación de este informe en el que PNUD colaboró con el Banco Mundial.
López-Calva también adelantó que para que se reactive la inversión privada se requiere de Estados fuertes, capaces con condiciones económicas e instituciones robustas y niveles de confianza recuperados, toda vez que indicó que los indicadores de confianza para la inversión han bajado por la pandemia.
“Insistiría en las brechas de legitimidad crear espacio de confianza de diálogo estamos en una región muy polarizada desde el punto de vista político y tenemos que encontrar esos espacios donde definamos los objetivos comunes”, añadió.
En Latinoamérica 1 de cada 4 aún no recuperan su empleo
Según el informe elaborado entre PNUD y el Banco Mundial “Una recuperación desigual”, más de una de cada cuatro personas en América Latina y el Caribe no ha recuperado el empleo que perdió durante la contingencia sanitaria global de 2020.
El estudio revela que en la región, 27 por ciento de la población perdió su empleo antes de la pandemia por coronavirus e indica que el promedio de empleo hasta julio pasado se encuentra 11 puntos porcentuales por debajo del nivel pre pandemia cuando se ubicó en 73 por ciento.
En el caso de México y países como Dominica, Guatemala, Nicaragua y El Salvador el informe apunta que el empleo ha repuntado y se ha recuperado. De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en octubre pasado se lograron recuperar los empleos perdidos durante la emergencia sanitaria decretada en el país en marzo de 2020.
Sin embargo, el reporte del PNUD y el Banco Mundial también aclaran que además de los niveles más bajos de empleo, también se produjo un deterioro en la calidad de los puestos de trabajo a los que se incorporaron los latinoamericanos después de haber perdido su empleo.
los datos del estudio revelan que, en promedio, la formalidad cayó 5.3 puntos porcentuales, siendo Panamá, Nicaragua y Perú los que presentan las mayores caídas. En el caso mexicano se presentan los mismos indicadores con un crecimiento del empleo formal por encima de 5.5 puntos porcentuales.
Señala que han sido los hombres de la región quienes han migrado en mayor proporción al mercado laboral informal y que ha incrementado el número de personas que laboran en microempresas y quienes han decidido autoemplearse para subsistir.
Apunta que 50 por ciento de los hogares en la región latinoamericana no ha recuperado el poder adquisitivo que tenía previo a la pandemia global.
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