lunes, 28 de noviembre de 2022.- Es un titular que suena de escándalo, pero que realmente no genera mayores inquietudes, porque era un movimiento previsto desde la semana pasada cuando Estados Unidos emitió señales diferentes respecto al estado que guarda su economía.
Solo que ante la falta de cualquier otro resultado que presumir, el régimen actual hizo de la fortaleza del peso frente al dólar una especie de falsa demostración del éxito de la 4T. ¿Qué podrían decir hoy?
La moneda mexicana es una de las monedas emergentes más operadas del mundo, el peso mexicano está respaldado por un banco central autónomo, que se tomó en serio el combate a las presiones inflacionarias y representa a un país que se mantiene en la raya del grado de inversión, con finanzas estables aunque con muchas dudas sobre su futuro.
Ciertamente México no es Turquía y su 90% de inflación, con su dictadura consolidada y un banco central sumiso al poder político, pero tampoco es poseedor de ese súper peso que presume el propio presidente Andrés Manuel López Obrador como sinónimo de su “éxito”.
El peso es una moneda en libre flotación, que no depende del capricho de políticos ignorantes, y que por lo tanto tiene esa posibilidad de llegar a 19.08 del pasado 1 de diciembre y de ahí brincar a 19.80 de ayer 5 de diciembre. Una depreciación del tres y medio por ciento en cinco días sin que implique que quedó al descubierto la mentira del éxito de la 4T o el inicio de una crisis financiera.
El grupo financiero japonés MUFG, que seguro no tiene intereses de aliarse con los conservadores en contra del régimen mexicano, advirtió desde el viernes que mantenían un pronóstico de baja en el mercado cambiario de nuestro país por los temores de una desaceleración económica global y por los riesgos domésticos relacionados con las políticas radicales de López Obrador y los efectos que pudieran tener en un desbalance fiscal.
Lo que ven los operadores financieros es que con la fortaleza del mercado laboral estadounidense podría no materializarse el escenario de una baja económica hasta la recesión, algo atractivo para los capitales que habían incrementado su apetito por el riesgo ante la previsión de menores incrementos en la tasa de interés referencial por parte de la Reserva Federal.
Y porque así funcionan los mercados financieros, buena expectativa de que haya un menor registro inflacionario en México durante la quincena pasada, la segunda de noviembre, hace que los analistas anticipen que el Banco de México ya no se animaría a incrementar otros 75 puntos base la tasa interbancaria a un día, sino solamente 50 puntos base. Esa previsión apunta a un premio “menor” en las inversiones en la moneda local.
Sí, el peso mexicano fue la moneda emergente más depreciada de ayer, pero eso sucede en los mercados cuando llega el momento de reclamar ganancias tras varias semanas de fortaleza.
Ojalá no regresen las ventas masivas de activos mexicanos derivadas de las malas decisiones internas.
Sí, el peso mexicano fue la moneda emergente más depreciada de ayer, pero eso sucede en los mercados cuando llega el momento de reclamar ganancias.
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